
Para acceder a la realidad como es, deberíamos colocarnos en
la conciencia
de unidad, borrar nuestros filtros, nuestra historia
personal y nuestros condicionamientos. Lo que percibimos es una creación humana
limitada.
El nivel de conciencia de cada persona determina la realidad
que percibimos. Solo cuando nos convirtamos en la láttice misma percibiremos la
realidad tal como es encaminándonos hacia la conciencia de unidad.
El camino que propone la teoría sintérgica para la conciencia
de unidad implica la incorporación simultánea de un acto de observación de
tantos contenidos de experiencia hasta que estos y el observador se fundan en
uno. Esta observación debe ser desapegada. El nivel de conciencia cotidiana se transforma en el nivel de conciencia
en sí en el cual el observador actúa como identidad.
¡Si quieres conocer una flor, conviértete en la flor y así la
conocerás desde dentro!
Conociendo la forma en la que percibimos, podemos conocerlo
todo porque entenderemos los fundamentos de la creación de la realidad.
El nivel de Conciencia Iluminada transciende las
identificaciones fluctuantes y temporales y coloca al adepto en un Estado de
contacto con la Realidad del Yo Puro.
En ese Estado, el placer y el dolor son vistos desde la misma
perspectiva y no existen apegos ni sufrimientos mentales. El ser humano
Iluminado se libera y alcanza su verdadera
identidad como la Realidad misma y total.
Fluir en El sin yo es la magia total; todo aparece en el
instante preciso, no hay azar y la materia y los objetos cobran vida e inteligencia.
Todo contesta y todo responde, porque Él se encuentra en todo.
No existe tema ni memoria, todo es novedoso y sabio en su milagroso
aparecer y acontecer. Se fluye de uno en uno mismo y no existe el
otro porque todo es Uno. La Unidad en Él requiere el abandono de toda
identidad.
Es decir, si alguien quiere acercarse a la Iluminación, debe
desidentificarse con respecto a su identidad limitada.
Un objeto físico
se considera como real, en tanto varios observadores así lo acuerden. Si
alguien tiene un sueño, puede ser considerado irreal puesto que sólo hay un
observador. Es cuando sabemos que nuestra experiencia interna no necesita ser
validada por otros, que empezamos a ser libres.
Cuando alguien descubre una nueva dimensión es cuando cambia. Los miedos que se sienten son miedos de otros.
Yolanda Del ©