No se a vosotros pero para mí personalmente, dista mucho de ser o resultar atractivo a la vista. Admiro la capacidad de algunas personas, de realizar este tipo de cosas, no sé muy bien para qué. Treinta y ocho centímetros de cintura, trabajados durante años, gracias a una obsesión amorosa por los corsés. Con setenta y tres años años de vida, muchas horas de trabajo para lucir ese atractivo elemento, llamado corsé, que gracias a Dios hoy en día es algo más bien decorativo, o de recuerdo de la historia de la moda, que para llevarlo puesto.
Pero como de todo hay en la viña del señor y es muy respetable, espero que esta mujer haya disfrutado de sus horas y horas corseteras, que le han llevado a estar en en libro Guinness de los Récords. Leyendo por curiosidad sobre ella, me he enterado de que existe en el mundo la moda del "corseting", que según mi humilde opinión, sirve para poco más que para deformar el cuerpo.
Todavía hoy en día continúan algunas mujeres en China, con ese terrible maltrato, de empequeñecer los pies, por culpa de esas mini zapatillas que los hacen chiquitos y deformados, para según la tradición ser más bellas (horreur). Ya sé que ésto no es comparable y además se trata de algo totalmente voluntario, así que cada uno con su "cadaunada", ante mi asombro.
Todavía hoy en día continúan algunas mujeres en China, con ese terrible maltrato, de empequeñecer los pies, por culpa de esas mini zapatillas que los hacen chiquitos y deformados, para según la tradición ser más bellas (horreur). Ya sé que ésto no es comparable y además se trata de algo totalmente voluntario, así que cada uno con su "cadaunada", ante mi asombro.
Cathie comenzó con su afición a los cuarenta años, así que ya sabéis, si alguna se anima, que nos cuente la experiencia cuando le quite el récord.
©Yolanda Del