ImaginaVital
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lunes, 6 de abril de 2015

Utilizamos el cien por cien del cerebro


No sé si has escuchado, probablemente sí, que sólo usamos un diez por ciento del cerebro o incluso menos, y quizá te sorprenda saber (a menos que seas científico o ávido investigador o curioso), que es una de esas leyendas urbanas, que se han extendido durante años por todo el mundo. Quizá el que Albert Einstein ayudara a difundir este mito (aunque según los expertos esto es otro mito), es lo que lo ha convertido en una cuasi realidad, sin ponerlo en duda. También que en multitud de páginas web, se use este "vacío cerebral"  para aprendizaje de ese supuesto noventa por ciento mediante infinidad de cursos, que nos enseñan a usar la mente para atraer a la vida lo que queremos. Aunque yo soy forofa de la visualización y sé, que dominar la mente y los pensamientos, funciona bastante bien para mejorar estados de ánimo, lograr habilidades sociales y crear nuevos hábitos. Ya hablaremos en futuros post de estos temas.
Lo que está claro es que si eres por ejemplo un experto matemático, tu mente digerirá estos conocimientos en todo su espacio, no sólo en una pequeña parte. Aunque ya sabemos eso de parte izquierda mente analítica y parte derecha creativa. Y aquí viene la razón de tan gran equivoco, ya que usamos todo nuestro cerebro para esos conocimientos que "sí poseemos", y ese supuesto espacio vacío sería para los que no tenemos todavía. Por ejemplo, si yo no leo música, por mucho que me empeñe en mirar una partitura, no sabré distinguir la clave de sol, ni que es una semicorchea, ni cuánto debe ser la duración de una nota. 
Por otro lado, tampoco voy a usar mi cerebro para tener conocimientos sobre algo que no ha sido inventado, lo cual no quiere decir que dentro de unos siglos todo el mundo los posea. 
Vamos adaptando nuestras nuevas conexiones neuronales, precisamente a afianzar toda la cantidad de información nueva que nos llega y que nos interesa  como aprendizaje.
Pues “ceRebremos la vida” J y permitamos que nos alumbre la sed de ilustración.

Yolanda Del ©

domingo, 29 de marzo de 2015

El niño interno.

(Actualizado al final). Todos tenemos un niño interno que rige y guía nuestras emociones. Estas, pudieron ser dañadas en la infancia, lo tengamos presente o no. Podemos tener imágenes y recuerdos escondidos en las profundidades de nuestra mente, que nos están bloqueando para avanzar en la vida en muchos aspectos. Sanar a este niño interno puede resultar imprescindible si queremos tener una vida adulta, plena y satisfactoria. Dar amor a nuestro niño interno es imprescindible para que se dé cuenta de que lo cuidamos y lo protegemos, entonces, responderá con alegría y juego.
Imagina cerrando tus ojos, que te ves a ti mismo cuando eras pequeño, observa que haces, que piensas, sientes que es un niño alegre o le falta algo. Luego salúdale y hazle preguntas, y espera unos segundos para escuchar sus respuestas. Anímale si está triste, dile que estás ahí dándole compañía, para apoyarlo en todo, que sepa que nunca va a estar sólo. Dile que es tu decisión estar con él y cuidarlo y que siempre va a ser así. Por último, imagina como le abrazas fuertemente, puedes cantarle o reírte con él. Transmítele esa confianza que necesita de ti, y así, con tu niño interno sanado, se te abrirán más caminos.
Esta es una visualización que yo hago de vez en cuando, y puede ser realmente emocionante. Otra forma de sanar que puede estar conectada con esta, es coger una foto de cuando eras adolescente, o niño, y hablar a tu imagen. Explica que has hecho lo que has podido hasta ahora, expresa todos los sentimientos que afloren y también las cosas que no has podido realizar, sabiendo, que hay tiempo de sobra para cambios y para romper viejas estructuras. 



Yolanda Del ©