Hay lugares en el mundo que acaban siendo conocidos por los misterios que en ellos se sucedieron. Este es el caso de la isla de Roanoke, perteneciente a Carolina del Norte. La verdad, es que yo no tenía ni idea de la existencia de este lugar en el mundo, pero la propia isla se encargó de llegar hasta mí. Esto va a ser parte del segundo misterio, el que me pertenece. Primero, voy a contaros un poco el conocido, el que ha dado que hablar y que investigar durante mucho tiempo a historiadores y a amantes de lo desconocido.
Era un tiempo lejano. En el siglo XVI, la reina Isabel I de Inglaterra paseaba nerviosa cerca de la chimenea ardiente del gran salón de Somerset House. Era un día especialmente frío, y la cercanía del Támesis hacía que la humedad fuese especialmente molesta. Le había dado una carta real a Sir Walter Raleigh, para que ordenara un asentamiento en Norteamérica y así, tener su primera colonización en aquel lejano lugar. Él no había ido, prefería buscar El Dorado en la parte sur del continente. Había enviado a hombres de su confianza a aquella hazaña. Todo por mantener contenta a la reina, que prefería parlotear con Shakespeare y otros hombres cultos, que pensar en casarse como harían otras mujeres.
A raíz de aquello, se hicieron varios viajes hacia Roanoke Island y se estableció comunicación con los nativos, los Secotan y los Croatoan. Hubo un problema de acusación de un robo hacia los integrantes de otra tribu, ajusticiando a los presuntos culpables. Después de varios ires y venires accidentados por el oceano, decidieron hacer un asentamiento al que llamaron "Colonia de Roanoke". Allí quedaron un grupo de 115 colonos, que debían comenzar a hacer de esa, su tierra, bajo el mando de John White. Pero éste, tuvo que volver a Inglaterra, dejando a su hija, que daría a luz a la primera niña nacida en el asentamiento, Virginia Dare. Una vez en Gran Bretaña, se encontró con la llegada de la Armada Española. Le fue imposible regresar para llevar víveres y ayuda, pues todos los navíos eran necesarios para la defensa. Al final, pudo retornar tres años más tarde. El 17 de agosto de 1590. Cansado y afectado por haberles dejado tanto tiempo sin noticias, bajó del barco, para descubrir que no quedaba nadie, ni un alma. Por más que buscó, no hubo resultado para encontrar ni a los hombres, mujeres y niños que allí habían quedado, años atrás. Sólo, a modo de pista, el nombre de Croatoan, grabado en un árbol. Fue infructuosa toda búsqueda y extraño el suceso, ya que con aquellos nativos todo se había obrado de forma pacífica y amistosa.
Muchas teorías y cábalas se han creado desde aquel entonces. Y se continúa investigando en la actualidad ¿Qué fue de aquellos colonos y por qué desaparecieron sin dejar rastro? ¿Se integraron entre las tribus para sobrevivir? ¿Encontraron la forma de ir hacia otras tierras? Seguiré al pendiente de las investigaciones para contar si hubiese avances.
Esta parte de la historia de la isla de Roanoke, como dato curioso, también sirvió para un capítulo de "American Horror Story".
Y el segundo misterio, es muy particular y muy mío. Muy alejado del interés que suscita el enigma anterior a niveles internacionales. Se trata de como yo me enteré de la existencia de esta isla, de la cual hace unos años, no tenía el más mínimo conocimiento. Y fue de una forma bastante simple. Una mañana, abrí la aplicación del tiempo de mi móvil, y me quedé muy sorprendida. Aparte de mi ciudad, León (España), aparecía un lugar extraño para mí, Roanoke. No entendía cómo era posible. Indagué en internet buscando información sobre ese sitio, y mantuve durante casi un año, en mi app del tiempo, la isla de Roanoke. Quizá buscando otro lugar pulsé mal las teclas, o quizá yo tenía que saber de su existencia. Lo cierto es que apareció como magia. Quién sabe si fui uno de aquellos primeros colonos que anduvo por allí, hasta su desaparición. ¿Y a ti te ha ocurrido algún hecho intrigante?
Me pareció un tema interesante para entrar en el 2019 y añadirle un poco de misterio al blog.
Me pareció un tema interesante para entrar en el 2019 y añadirle un poco de misterio al blog.
Yolanda Del ©